domingo, 2 de diciembre de 2012

La bombilla infinita.


El doctor Arturo Solís Herrera, en su intento por descubrir un tratamiento para las distintas causas de la ceguera, encontró accidentalmente (como sucede con los grandes descubrimientos) la forma de generar energía eléctrica con base en una reacción química: la fotosíntesis humana.
En su investigación de más de 12 años, el doctor Solís pudo establecer que la melanina, una sustancia producida por los humanos, es capaz de romper la molécula del agua H2O, separando el hidrógeno del oxígeno y, en el proceso, producir energía eléctrica.
Es de tales dimensiones el descubrimiento del doctor Solís, que derivado de ello inventó una pila a la que le llamo “Bat Gen” que tiene la capacidad de mantener encendida una pequeña lámpara hasta por 100 años.
El camino que tuvo que seguir con su descubrimiento no ha sido nada fácil: el intento por conseguir una patente le ha llevado años y una gran inversión en costos legales y trámites; solamente en México lleva cinco años esperando respuesta a su solicitud.
En Abril de 2010 por fin recibió la patente de la Federación Rusa avalando su descubrimiento, que en palabras muy sencillas el doctor Solís explica:
“La melanina es capaz de romper la molécula del agua (H2O) separando oxígeno e hidrógeno al mismo tiempo que esa reacción libera energía; pero lo más revolucionario es que la misma molécula realiza la función inversa y vuelve a unir el hidrógeno y el oxígeno, para que nuevamente se constituyan como agua, liberando una nueva carga de energía”.
Las dimensiones del descubrimiento del doctor Solís son enormes, con implicaciones que seguramente tendrán repercusión mundial derivado del impacto que llegará a tener en los grandes consorcios globales de generación de energía sucia y contaminante.
Imaginemos el impacto económico al poder generar energías de manera limpia y totalmente renovables al contar con acceso ilimitado a una molécula que está en la naturaleza, y que producirla artificialmente no conlleva ningún impacto al medio ambiente.
El proceso bioquímico del doctor Solís se antoja de ciencia ficción; sin embargo, es un proceso que diario vemos en las plantas, por lo que la naturaleza misma nos indica que está en el camino correcto.
Fuente: www.milenio.com

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