El hallazgo del que puede ser el tan buscado bosón de Higgs
supone el comienzo de una nueva era en la física de partículas. Los científicos
no pueden adivinar el alcance del nuevo campo, pero sí saben que el dinero
invertido en este proyecto ha tenido, y tendrá, un importante retorno
económico.
La comunidad científica todavía está
noqueada con el anuncio del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN)
del hallazgo de una partícula que "si no es el bosón de Higgs, se le
parece mucho". Tal vez se haya encontrado la respuesta a la propuesta realizada
en 1964 por el físico Peter Higgs para explicar el origen de la materia.
Aunque el CERN no admite abiertamente que
lo hallado sea la 'partícula de Dios', la presencia de un emocionado Higgs en
la conferencia del CERN para comunicar el descubrimiento deja a la duda un
mínimo margen.
A partir de ahora, tal vez se puedan resolver enigmas como la
naturaleza de materia oscura y cabe esperar futuros desarrollos
tecnológicos.
Al margen del entusiasmo científico, este proyecto tiene un extraordinario
impacto económico. Como recuerda Carlos Pajares, catedrático de la
Universidad de Santiago de Compostela y hasta hace una semana delegado
científico de España en el consejo del CERN, "la participación española ha
sido relevante en numerosos aspectos. Por una parte, los directores durante
este año de los experimentos que han llevado al descubrimiento han sido Martine
Bosman, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Teresa Rodrigo, de la
Universidad de Cantabria. Además, en la construcción del LHC han
participado 35 empresas españolas, y algunos han obtenido otros contratos
a partir de los desarrollos alcanzados en el CERN". En este sentido, apunta
que "la energía del aeropuerto de Ginebra procede de unas placas solares
desarrolladas por una compañía española para el CERN".
Pero también, muchas de las empresas que
han participado en el CERN han conseguido contratos para la construcción del
ITER, la gran estructura europea de investigación en energía nuclear.
Con estos ejemplos, Pajares quiere mostrar
el interés económico que tiene para nuestro país no perder el ritmo de
inversión en el proyecto europeo en estos momentos de recortes económicos.
"La contribución de cada uno de los 20 países miembros (europeos) está en
función de su PIB. Hasta ahora, España, junto con Alemania, Francia, Italia y
Reino Unido, figura entre los que más aportan. Con la caída del PIB también se
ha reducido la contribución (ahora estamos en poco más de 70 millones de
euros). Pero para no perder fuerza, "nuestro país podría aportar
capital humano.
De
momento, hay muchas expectativas. ¿Para que servirán? Como respondió Faraday al
ministro británico de Hacienda cuando le preguntó sobre el uso que tendrían sus
trabajos: "no lo sé, pero seguro que sus sucesores cobrarán impuestos por
ello". Así fue. Y así será con las aplicaciones derivadas del conocimiento
de esta partícula", afirma Carlos Pajares.
Bibliografía: http://www.expansion.com
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