Aunque atribuir la "mala suerte" a cruzarse con un gato negro es solo fruto de la superstición, un estudio de científicos del Long Island College Hospital de Nueva York (EE UU) reveló hace poco que estos felinos sí pueden afectar negativamente a las personas alérgicas.
Según un estudio dado a conocer en la revista Annals of Allergy, Asthma and Inmunology, los investigadores observaron que los gatos de pelaje oscuro provocaban más estornudos y problemas respiratorios a los pacientes con alergia que los de color claro. Según los autores, se debe a que producen más cantidad de una sustancia en su piel, su saliva y sus glándulas sebáceas, la proteína fel d1, que causa los síntomas de la alergia.
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