La materia es todo aquello que nos rodea con lo que podemos interactuar. Está compuesta por átomos, que a su vez están compuestos por partículas como el protón, el neutrón y el electrón. Hay muchísimas otras partículas más que también son materia, pero para el propósito de esta entrada solo hablaremos de estas 3. Todas las partículas tienen ciertas características que las definen, como la masa, la carga eléctrica, o el espín (que es lo que le da propiedades magnéticas a la materia).
La antimateria es exactamente lo mismo pero al revés. Es como si viéramos la materia a través de un espejo, donde lo que antes era Norte ahora es Sur, lo que antes era positivo ahora es negativo y lo que antes era izquierda ahora es derecha. Así pues, a cada partícula de materia le corresponde una antipartícula que comparte características como la masa, pero que tiene carga o espín opuestos. Por ejemplo, la antipartícula del electrón es el positrón que tiene carga positiva. La antipartícula del neutrón, es el antineutrón, que aunque también tiene carga neutra, tiene sus polos norte y sur magnéticos invertidos.
La antimateria se comporta exactamente igual que la materia, siguen las mismas reglas. Nada impide que existan mundos, estrellas, galaxias o universos de antimateria, donde todo sea exactamente igual, a excepción de la carga. De hecho ya se han logrado crear átomos de anti-hidrógeno y anti-helio.
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