Si, como un servidor, os pasáis muchas horas en el ordenador, podéis llegar a golpear las teclas entre 50.000 y 200.000 veces al día. Esto puede haceros vulnerables a lesiones musculares, nerviosas y otras en el cuello, la espalda, los hombros, los brazos y las manos. Al menos es lo que creen algunos especialistas.
El hormigueo, adormecimiento y en ocasiones quemazón de los dedos de las manos puede ser indicativo del síndrome del túnel carpiano, una afección nerviosa cuya causa es la compresión del nervio mediano de la muñeca. Durante mucho tiempo se ha creído que el síndrome del túnel carpiano es una señal de uso excesivo de los dedos en actividades como escribir a ordenador, trabajar en una cadena de montaje o tocar el piano.
Sin embargo, algunos investigadores creen que se exagera este factor, así que no debéis preocuparos en exceso si le dais mucho a la tecla.
Según estudios recientes, en determinados casos, el síndrome del túnel carpiano puede ser un signo de trastornos médicos como la osteoartitris, la diabetes y el hipotiroidismo
Con todo, si el tema os sigue preocupando, quizá os interese usar un ratón para PC que evita los efectos que producen el síndrome de túnel carpiano: cuenta con una base magnética y un anillo magnético donde se acopla para adaptarse a la forma natural de la muñeca, sin que sea necesario forzar la postura para manejarlo. Al posar la mano en el ratón, el dispositivo aguanta hasta 1 kilogramo de peso y levita a 10 milímetros. Ha sido diseñado por Vadim Kibardin.
También podéis seguir los siguientes consejos si tenéis que darle mucho a vuestro teclado:
- Cuando nos sentemos frente al teclado, nuestro antebrazo tiene que formar un ángulo recto con el brazo.
- El puño siempre debe estar más elevado que los dedos. Es necesaria una ligera inclinación del teclado para que esto suceda.
- El teclado debe tener teclas que se accionen suavemente, sin necesidad de aporrearlas.
- No situar los puños en el borde del escritorio. Debemos tener espacio suficiente para apoyarlos con comodidad.
- Efectuar pequeños ejercicios para desanquilosar nuestros dedos y puños. Por ejemplo, sacudir con fuerza las manos como si las tuviésemos mojadas. Golpear con los dedos la superficie de la mesa, con movimientos de izquierda a derecha. Cerrar y abrir los dedos con fuerza.
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