Tener buenos vecinos es algo que influye hasta en las plantas. Yo tengo un par de vecinas que todas las mañanas y todas las tardes se juntan en el pasillo a charlar un rato. Se cuentan lo que han hecho, lo que han comido y, como no, hablan de las noticias del día e intentan poner solución a los problemas del país. Aunque no lo parezca, esas conversaciones son buenas para su salud y necesarias para tener la cabeza en su sitio.
Cuando vi que, por lo visto, a las plantas le pasa lo mismo, no me extrañó nada. Según una investigación, realizada en el pimiento chili y publicada en BMC Ecology, tener relaciones con los vecinos mejora la germinación de las semillas.
Aún existiendo algún medio que bloquee el contacto o mediante productos químicos o la luz, las semillas de chili crecen mejor cuando se cultivan junto a plantas de albahaca. Esto sugiere a los investigadores que las plantas “hablan” a través de vibraciones nanomecánicas.
Monica Gagliano y Michael Renton, ambos de la Universidad de Australia Occidental, cultivaron semillas de chili (Capsicum annuum) en presencia o ausencia de otras plantas de chili, o albahaca (Ocimum basilicum).
En ausencia de una planta vecina, las tasas de germinación fueron muy bajas, pero, en el caso contrario, las semillas fueron capaces de crecer abiertamente sin problema alguno.
Sin embargo, cuando las semillas se separaron de las plantas de albahaca con plástico negro, de modo que no podían ser influenciados por cualquiera de las señales de luz o químicos, germinaron como si aún pudiera comunicarse con la albahaca.
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