domingo, 12 de mayo de 2013

Mitos del resfriado (II)


3.La vitamina C no cura: Este mito tiene un origen curioso, porque procede de una autoridad tan respetada como Linus Pauling, Premio Nobel de Química. Sin embargo, todos los estudios que se han hecho posteriormente sugieren que Pauling andaba equivocado: la vitamina C no sirve para tratar el resfriado. Ni siquiera contribuye a mejorar los síntomas.
Lo que hace la vitamina C es combatir otras enfermedades, como el escorbuto, que es una enfermedad que provoca que sangren las encías o que las heridas no cicatricen.
Bien lo sabían los marineros (que viajaban largo tiempo manteniendo una dieta deplorable), hasta que un médico inglés, James Lind, se dio cuenta que bastaba con añadir zumo de lima a la dieta de los marineros para prevenir el escorbuto. Los marineros también tuvieron que darse cuenta de que la estrella Polar no es la más brillante del cielo nocturno
Así pues, a pesar de las bondades de la vitamina C, no es útil para el resfriado, aunque nos apetezca mucho tomar un zumo de naranja cuando estamos enfermos.
A este respecto, también aprovecho para desmontar otro mito en relación a los suplemento vitamínicos o alimentos funcionales que prometen una dosis extra de vitamina C: en el Primer Mundo es muy difícil que una persona normal y sana tenga déficit de vitaminas en su dieta habitual. Salvo en casos de determinadas enfermedades o embarazos es necesario tomar un suplemento vitamínico.
4. Gripe no es resfriado: Existen más de 200 virus conocidos que generan un resfriado, que se caracteriza por mucosidad, estornudos y una duración de 3 a 10 días. La gripe, sin embargo, es una enfermedad diferente, y puede provocar daños irreparables o incluso la muerte si no se trata convenientemente.
5.Hay que beber mucho líquido: No hay pruebas científicas de que beber más líquidos cuando estamos resfriados permita curarnos antes. El problema es que muchas personas, sobre todo mayores, tienden a beber pocos líquidos, y no está de más recordarles que hagan el esfuerzo de beber más. Pero una persona normal generalmente bebe lo adecuado.
Un nivel correcto de hidratación ayuda al proceso natural de fluidificar las secreciones mucosas, y por tanto de extraer más rápidamente el virus del resfriado.
Pero hay que tener en cuenta que en nuestra dieta ya hay mucha agua: incluso un trozo de carne o un filete de pescado tienen una cantidad de agua sorprendente. Incluso un trozo de pan tiene agua. Beber mucha más agua de la que reclama nuestro organismo, pues, no hará que luzcamos una piel más bonita o que favorezca la eliminación de toxinas: es precisamente no beber cuando se tiene sed lo que provoca estos síntomas.

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